Las pruebas auditivas a bebés demuestran su utilidad para el cribado de autismo

La mayoría de las personas con autismo tienen algún problema de audición.

 

Una prueba de audición no invasiva puede ayudar con la detección temprana y el diagnóstico de trastornos del espectro autista, según revela una investigación publicada en ‘Journal of the American Osteopathic Association’. Los autores notan una fuerte conexión entre la disfunción auditiva y el autismo, lo que sugiere que los problemas de audición identificados al nacer pueden ser una pista para monitorizar al niño para detectar el autismo. Descubrir problemas de audición también mejoraría los resultados para todos los niños porque el hallazgo provocaría intervenciones tempranas.

 

“Sabemos que la gran mayoría de las personas con autismo tienen algún tipo de problema de audición relacionado con anormalidades en el cerebro”, dice uno de los autores del trabajo, Randy Kulesza, profesor de Anatomía en el Colegio de Medicina Osteopática Lake Erie, en Estados Unidos. “Eso significa que estos problemas estarán presentes y serán detectables al nacer”, añade Kulesza, reconociendo que, aunque la gran mayoría de las personas con autismo tienen problemas de audición, no todas las personas con problemas de audición tienen autismo. Aún así, dice que la detección temprana beneficiaría a ambos grupos.

Especialmente en la etapa temprana de la vida, el cerebro es muy plástico, lo que significa que las intervenciones tempranas correctas pueden entrenar literalmente esos déficits. La persona puede no ser perfectamente neuro-típica pero tales intervenciones pueden mejorar la función”, apunta Kulesza. También señala que la audición es fundamental para el desarrollo del habla y el lenguaje, que a su vez, también afecta al desarrollo socioemocional. Al optimizar la función auditiva, la calidad de vida de la persona puede ser profundamente mejor.

Fuente: ANA